El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha enviado este lunes al
presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker, una carta en la que
solicita en nombre del Gobierno"asistencia financiera" para las entidades con necesidades de capital.
La carta del ministro en castellano, enviada a los medios de
comunicación, consta de cuatro párrafos que contienen varias erratas, tales como falta de tildes, aliteración, falta de concordancia y separación de sujeto y verbo por una coma.
Además, en su primera versión llevaba la fecha del 2 de julio de 2012, que después fue corregida por el gabinete de prensa. Sin embargo, las erratas continuaban apareciendo en la misiva.
En el primer párrafo sorprende la colocación de una coma entre las
palabras "España" y "para", que rompe totalmente el sentido de la frase
introductoria de la misiva. Además, hay una aliteración de los adjetivos "financiera" y "financieras", que se repiten después varias veces a lo largo de todo el texto.
En
ese mismo párrafo, además, sobra la coma que separa sujeto de verbo en:
"La elección del instrumento concreto en el que materializará esta
ayuda, tendrá...".
En el segundo párrafo aparece el adverbio más (de cantidad) sin tilde. Por último, en el párrafo final falta una coma detrás de la palabra independientes (ver abajo).
El origen de esta historia increíble se remonta a 1955,
cuando Zahra Aboitalib sintió los dolores del parto. Fue trasladada a un
hospital, pero al ver a una mujer morir en la mesa de operaciones
durante una cesárea, huyó despavorida y regresó a su pequeño pueblo,
según relata el diario 'Crónica'.
Después de que los dolores desaparecieran y el bebé
dejara de patalear, Zahra lo comenzó a considerar un "niño dormido".
Según la creencia popular marroquí, hay bebés que pueden vivir dentro
del vientre de la mujer para proteger su honor. A sus 75 años, los
dolores regresaron, por lo que decidió volver al hospital. Los médicos
le realizaron una prueba de ultrasonido y descubrieron que su “niño
dormido” fue en realidad un embarazo ectópico, es decir, fuera del
útero.
Tras medio siglo de espera, una operación de casi cinco
horas logró extraer con éxito el feto calcificado de Zahra. Lo más
sorprendente es cómo Zahra logró sobrevivir llevando dentro de su cuerpo
un feto muerto y cómo éste no fue rechazado por el organismo. Según la
revista de la Sociedad Real de Medicina, no se trata del primer caso de
este tipo. Hasta el momento fueron consignados 209 casos de bebés de
'piedra', así llamados 'lithopedions'.