Evitar las migrañas gracias a un implante que da corrientes
eléctricas que evitan el dolor y que el afectado acciona con un mando a
distancia. Esta técnica, que podría parecer un sueño del futuro, ya es
una realidad en el hospital Clínico de Zaragoza, donde 29 pacientes han
podido volver a su vida normal tras décadas de dolores insufribles,
bajas laborales e insomnios. La Unidad del Dolor de este centro
sanitario puso en marcha este programa pionero que le ha convertido en
referente nacional e incluso europeo, ya que es uno de los hospitales
con más experiencia adquirida en la técnica.
Los resultados hablan por sí mismos. De los 30 pacientes a los
que se ha implantado el dispositivo, 29 han obtenido una mejoría global
(28 con una calificación buena o muy buena). De los 14 de ellos en edad
laboral que estaban de baja, 11 han podido reincorporarse a su lugar de
trabajo. Además, 14 han dejado de tomar fármacos y todos han conseguido
mejorar su calidad de sueño.
La responsable de la unidad, Dolores Rodrigo, precisó ayer en
Zaragoza los resultados de este trabajo, acompañada de el director
médico del Clínico, Fernando Escolar; y de los doctores Carmelo Quero y
Pedro Cía, que también forman parte de este servicio. "Se trata de
utilizar la estimulación eléctrica en pacientes que sufren migraña
crónica o neuralgia occipital", explicó Rodrigo.
El proceso comienza con una operación quirúrgica, en la que se
le implanta al paciente, a la altura de la parte alta de las cervicales,
un electrodo que está conectado a un generador de impulsos eléctricos,
con una batería y un microprocesador que permite su programación. Una
vez colocado, el afectado recibe el alta y se traslada a su hogar, donde
comienza un proceso de control por parte de los facultativos para
comprobar que el dispositivo funciona correctamente. En esta primera
fase, parte del mismo se encuentra en el exterior.
"Es importante que se encuentren en su ambiente habitual para
comprobar en qué medida disminuyen los dolores. Además, comenzamos a
retirar el tratamiento farmacológico, que suele ser muy abundante en
estos pacientes", indicó la especialista. Cuando la mejoría llega al
50%, se realiza la segunda operación.
Se retira la extensión temporal del aparato con el estimulador
externo y se implanta en el paciente el interno, que se coloca
preferentemente en uno de los gluteos. A partir de ese momento comienza
el proceso de programación a través de un microprocesador. El paciente
tiene un mando externo, que coloca y acciona cerca del chip
cuando comienza una crisis. De este modo, se consigue una sensación
agradable en la zona donde se genera el dolor, algo similar a una
interferencia en un circuito eléctrico que distorsiona el estímulo
doloroso.
Sin embargo, esta técnica no puede ser aplicada a todos los
pacientes. "Solo podemos utilizarla en cuadros muy severos que hayan
agotado todos los tratamientos sin éxito", aclaró la doctora Rodrigo.
4 comentarios:
jajaja la hija de puta de maiite, menuda arrastrada de mierda....
que fea es la migrañas maldita hija de puta
zzzzzzzzzzzz
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