jueves, 17 de marzo de 2011

La «super luna» se acerca a la Tierra y resucita la teoría del caos


No culpen a la Luna del terremoto de Japón, ni del tsunami, ni de la alarma nuclear, ni de la destrucción que ha sembrado a su paso, ni de los miles de muertos y desaparecidos, ni de haber dejado un país arrasado. Tampoco del temblor de hace unos días en Nueva Zelanda ni de los desastres que puedan venir en los próximos días.

Ése ha sido el mensaje al que, prácticamente al unísono, se han ido sumando los científicos después de que uno de sus colegas, el astrólogo estadounidense Richard Nolle, vaticinara (dos días antes del terremoto de Japón) graves consecuencias por un fenómeno natural que se producirá el sábado 19 de marzo, el perigeo lunar, que marca el punto de mayor aproximación a la Tierra de este satélite durante su órbita.

En esta ocasión, esta proximidad es especialmente acusada (356.577 kilómetros, frente a los 406.000 de media), hasta el punto de que hay que remontarse a hace 18 años para encontrar un precedente de una luna llena de mayor tamaño como la que se verá este sábado, un espectáculo sobrecogedor, por otra parte, en aquellos puntos donde el cielo esté despejado.

Pero, romanticismos al margen, la aproximación de la Luna a la Tierra es, para algunos, un mal augurio y especialmente en esta ocasión, advierte Nolle, ya que la “superluna” será más acusada de lo normal y podría provocar desastres como terremotos y maremotos, tormentas, huracanes, inundaciones o erupciones volcánicas.

Precedentes a la carta
Para alarmar aún más en su teoría (recogida con entusiasmo en internet por los supersticiosos), tira de hemeroteca y recuerda episodios anteriores supuestamente relacionados con este fenómeno lunar: inundaciones en Hunter Valley, Australia (1955), ciclón Tracy, también en Australia (1974), Huracán Andrew (1992), tsunami en el Océano Índico (2004) y huracán Katrina (2005). El último de ellos, el pasado mes de febrero, el terremoto en Nueva Zelanda.

Los astrónomos, sin embargo, se han lanzado a desautorizar a Richard Nolle con datos en la mano. El primero que lo hizo fue el meteorólogo Paul Walker en los propios micrófonos de la ABC. “La Luna puede causar mareas más fuertes de lo normal, pero no he oído nunca que haya una correlación entre ella y sucesos climáticos extremos”, afirmó.

Poco después, el astrónomo de la NASA Dave Williams trató de calmar a los supersticiosos: “Cuando se produjo el terremoto de Japón, la luna estaba realmente más cerca de su punto más lejano de la Tierra -apogeo- que de su punto más cercano del 19 de marzo”.

Sin efectos sobre los terremotos
Otros dos expertos, el astrónomo David Harland y el sismólogo de la Universidad de Bristol George Helffrich, zanjan la discusión. “Es un fenómeno insignificante”, afirma el primero. “Es un completo sinsentido -remata el segundo-. La Luna no tiene efectos sobre los terremotos”.
Su dictamen ha sido corroborado por el Servicio Geológico de Estados Unidos, quien por boca del geofísico John Bellini se ha visto obligado a aseverar que el terremoto de Sendai “es completamente ajeno al perigeo lunar”.

El mensaje de todos ellos es claro: “La luna es inocente”. Y más en concreto la “super luna” de este sábado, un término que, por cierto, acuñó el propio Nolle. Desde el último gran desastre natural, hace seis años, ha habido cuatro perigeos y la Tierra sigue moviéndose. Previsiblemente lo hará la noche del próximo sábado. Una buena oportunidad, por cierto, para mirar al cielo y disfrutar del espectáculo.

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